viernes, 26 de junio de 2015

LOBO

Te siento recorrerme
y es cuando me desangras
te alejas sin pedirlo,
te alimentas sin agradecerlo,
y me dejás vacía.

Extraño las tardes del cordero,
cuando te acercabas con cautela,
cuando tu voracidad,
aún no saciada,
me dejaba respirar.

Hoy asechas mi carne,
expuesta a tú voraz
instinto...

Después que comas,
lamerás y roerás los huesos.

No dejes nada,
ni trozos de carne,
ni charcos que salpiquen sangre,
ni astillas de huesos.

Por eso,
todo en vos,

sabe a placer a destiempo.

Tania Jiménez Penha


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