Del rapto de los ojos al gusto del tacto
EDUARDO DIAZ PIÑERO.
RETRATO DE UN POETA EN MADERA.
La sensibilidad moldeada de este creador no está concentrada en un solo tema sino que la conforman soluciones diversas a inquietudes repartidas. Influido por su matrimonio con una modelo, extirpa de la madera al gran protagonista del desnudo, el cuerpo femenino. Recrea su hermosura y su misterio, obvio, fugaz e indestructible.
Después atrapa la ficción entusiasmada de la moda, siendo paradójicamente sus calados, sus volúmenes negativos los que se convierten en equivalentes del elemento textil. Vulnerando top models de madera, Eduardo representa las operaciones simbólicas con que el fenómeno fashion, antagonista y cómplice del arte, desviste periódicamente nuestro inconsciente colectivo y particular.
El gran Michelangelo definía a la escultura como la liberación de un prisionero. Una imagen evanescente y cautiva, rehén de una materia en bruto; ambigua, nebulosa, terca y sólida, que inspira al creador a acometer el rescate. Primero tantea bocetos en los más obvios soportes del papel y la psiquis humana, después cincelando, desbastando, conquista la emancipación definitiva del raptado, revelándose a los ojos y al tacto como fuente de placer estético y experiencia trascendente.
En el caso de Eduardo, después de metabolizar creativamente las influencias del gran Agustín Cárdenas, nos propone la autonomía del prisionero en un grado superior. Sacudir a su soporte preferido, las maderas preciosas, de los temas perpetuamente adjudicados, reclamando su incorporación al gran discurso del arte contemporáneo en igualdad de condiciones, resultados y riesgos.
Para cumplir ese anhelante objetivo nivela la relación entre la factura y el concepto. Para que ni prevalezca, la factura, lo artesanal, destrezas que desatadas podrían vaciar el contenido, ni que el concepto, recargado, despilfarre y oculte la belleza intrínseca de la madera. Por que la madera ya era bella antes de potenciar la liberación del prisionero a manos del artista. Por que en manos de este autor, la escultura es soberana de equipararse a terceros lenguajes verificando así su coexistencia y afinidad con instalaciones, audiovisuales y hasta los llamados nuevos medios, anticipando los efectos más sofisticados para público, artistas, crítica y coleccionistas. Pronto percibiremos a Eduardo liberando prisioneros de Madera Preciosa, sobre Realidad Virtual.
Arsenio Castillo.
Arsenio Castillo.
Fotografía del escultor habanero. Esculturas Díaz-Piñero. |
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