Art Peopel Galery |
jueves, 30 de julio de 2015
Invasores del Caribe de Nicaragua.
Una cronología de eventos
1538
San Juan del Norte se encontraba bajo el dominio español su representante era el señor Rodrigo Contreras, el nombre San Juan se originó de una de las embarcaciones de la expedición de los capitanes Machuca de Suazo y Calero, exploradores del "Desaguadero" (Río San Juan).
San Juan del Norte se encontraba bajo el dominio español su representante era el señor Rodrigo Contreras, el nombre San Juan se originó de una de las embarcaciones de la expedición de los capitanes Machuca de Suazo y Calero, exploradores del "Desaguadero" (Río San Juan).
1616
Diego Fernández de Velasco, Gobernador de Castilla del Oro, por instrucciones de Felipe III, explora la región en busca de un sitio más favorable que Istmo de Panamá para establecer la comunicación interoceánica.
Diego Fernández de Velasco, Gobernador de Castilla del Oro, por instrucciones de Felipe III, explora la región en busca de un sitio más favorable que Istmo de Panamá para establecer la comunicación interoceánica.
1620
Diego de Mercado, presidente de Guatemala, informa al Rey sobre las ventajas de la ruta de Nicaragua.
El Ingeniero español Fernando de Escobedo fue encargado de la fortificación del río, en el que por esta época llegaron a establecerse hasta doce fortificaciones, que son: 1) el Fuerte de San Carlos a la salida del Lago; 2) en la boca del río Sábalos; 3) a corta distancia del río Pocosol; 4) el Castillo de La Inmaculada Concepción; 5) en la Isla Bartola; 6) en la ribera debajo de los Raudales de los Valos, llamada "El Diamante"; 7) en los Raudales de Machuca; 8) en una isla en la boca del río San Carlos; 9) en la boca del río San Francisco; 10) en la boca del río Sarapiquí; 11) en un punto frente a la Isla Concepción; y 12) en el puerto de San Juan del Norte.
Diego de Mercado, presidente de Guatemala, informa al Rey sobre las ventajas de la ruta de Nicaragua.
El Ingeniero español Fernando de Escobedo fue encargado de la fortificación del río, en el que por esta época llegaron a establecerse hasta doce fortificaciones, que son: 1) el Fuerte de San Carlos a la salida del Lago; 2) en la boca del río Sábalos; 3) a corta distancia del río Pocosol; 4) el Castillo de La Inmaculada Concepción; 5) en la Isla Bartola; 6) en la ribera debajo de los Raudales de los Valos, llamada "El Diamante"; 7) en los Raudales de Machuca; 8) en una isla en la boca del río San Carlos; 9) en la boca del río San Francisco; 10) en la boca del río Sarapiquí; 11) en un punto frente a la Isla Concepción; y 12) en el puerto de San Juan del Norte.
1
630 Inglaterra, en un plan premeditado de ocupar el Rio San Juan por
las que puede establecerse la comunicación interoceánica, ocupa islas y
posiciones estratégicas de la Costa de los Mosquitos en Nicaragua, y la costa
oriental de Guatemala (Belice).
Y entran los otros maniaticos europeos con un caracter aventurero
diabolico, piratas del Caribe, Comenzaron arrebatando las islas de Nicaragua en
el Mar Caribe, y luego atacaron muchas ciudades de Nicaragua.
1639
Los ingleses publican un "Practical Memorandum of the Indies" en el que sostienen la posibilidad de una comunicación interoceánica en Nicaragua. en la Costa de los Mosquitos
Los ingleses publican un "Practical Memorandum of the Indies" en el que sostienen la posibilidad de una comunicación interoceánica en Nicaragua. en la Costa de los Mosquitos
1640
Piratas Franceses y Daneses realizan las primeras incursiones en el Lago de Nicaragua.
Piratas Franceses y Daneses realizan las primeras incursiones en el Lago de Nicaragua.
1655
Tropas Ingleses negocian tratados con los principales jefes indígenas de la Costa Atlántica, desde el Cabo de Gracias a Dios hasta Bocas del Toro (Panamá), y Bluefields convirtiendo la zona libre a piratas ingleses protegidas por la base de militares ingleses acantonados en Jamaica.
Tropas Ingleses negocian tratados con los principales jefes indígenas de la Costa Atlántica, desde el Cabo de Gracias a Dios hasta Bocas del Toro (Panamá), y Bluefields convirtiendo la zona libre a piratas ingleses protegidas por la base de militares ingleses acantonados en Jamaica.
1665
El Dominico inglés, Thomas Gage, publica en "The Spanish American, a new survey of the West Indies"
"Llegamos al Realejo que encontré ser un lugar débil e indefenso en el Mar del Sur. De allí a Granada no observé sino la llanura y placidez del camino, y con la abundancia de frutas y la fertilidad del suelo hacen de Nicaragua el Paraíso
de América". El día en que Gage estuvo en Granada dice que entraron a la ciudad seis recuas (cosa de 300 mulas) de sólo El Salvador y Comayagua, cargadas de añil, cochinilla y cueros, y dos día después entraron tres recuas de Guatemala, con cargas de plata, azúcar y añil.
El Dominico inglés, Thomas Gage, publica en "The Spanish American, a new survey of the West Indies"
"Llegamos al Realejo que encontré ser un lugar débil e indefenso en el Mar del Sur. De allí a Granada no observé sino la llanura y placidez del camino, y con la abundancia de frutas y la fertilidad del suelo hacen de Nicaragua el Paraíso
de América". El día en que Gage estuvo en Granada dice que entraron a la ciudad seis recuas (cosa de 300 mulas) de sólo El Salvador y Comayagua, cargadas de añil, cochinilla y cueros, y dos día después entraron tres recuas de Guatemala, con cargas de plata, azúcar y añil.
1667
La navegación del río San Juan se hace más difícil y peligrosa pues como medio de defensa las autoridades militares (bajo el dominio español) arrojaron grandes piedras en los raudales del río,
La navegación del río San Juan se hace más difícil y peligrosa pues como medio de defensa las autoridades militares (bajo el dominio español) arrojaron grandes piedras en los raudales del río,
1667
Otra excursión pirática, esta vez al mando de Henry Morgan, penetró al Lago de Nicaragua habiendo sido rechazado con éxito.
Otra excursión pirática, esta vez al mando de Henry Morgan, penetró al Lago de Nicaragua habiendo sido rechazado con éxito.
1670
Morgan ataca de nuevo y llega hasta saquear a Granada.
Morgan ataca de nuevo y llega hasta saquear a Granada.
1670
Se concluye un Tratado entre Inglaterra y España en el que se incluye una cláusula por la que se le reconoce al Rey de Inglaterra el derecho de proteger para siempre "cualquier parte de América" que estuviese en posesión de sus súbditos. Aunque esto era solamente para proteger a los cortadores de maderas, fue mal interpretado por Inglaterra para abusar de su sentido.
Se concluye un Tratado entre Inglaterra y España en el que se incluye una cláusula por la que se le reconoce al Rey de Inglaterra el derecho de proteger para siempre "cualquier parte de América" que estuviese en posesión de sus súbditos. Aunque esto era solamente para proteger a los cortadores de maderas, fue mal interpretado por Inglaterra para abusar de su sentido.
La construcción del Castillo de la Inmaculada
Concepción del Río San Juan fue encomendada al general de artillería Don
Fernando Francisco de Escobedo, La construcción se inició en 1673, se escogió
la posición más privilegiada, una elevación junto a los raudales más violentos
del río San Juan del Norte, frente al Raudal de Santa Cruz,
1675 Se terminaron los trabajos de la construcción del Castillo. Hubo en
Granada gran alegría por la terminación del nuevo Fuerte expresada en una
festividad religiosa en la que hubo sermón haciendo resaltar esto como un gran
acontecimiento. El sermón fue impreso en Guatemala bajo el siguiente título:
"Por haberse acabado este presente año de 1675, en el río de San Juan, la
fábrica del Castillo con título de Nuestra Señora de la Concepción, a
diligencia y cuidado del Gobernador de las Armas y de lo Político, Teniente de
Capitán General, Don Pablo de Loyola".
1680
William Paterson, de Escocia, concibe la idea de establecer una colonia en Darién (Panamá) con el objeto, decía, "de asegurar para la Gran Bretaña las llaves del universo, que permitan a sus poseedores dar leyes a ambos océanos y llegar a ser los árbitros del comercio mundial".
William Paterson, de Escocia, concibe la idea de establecer una colonia en Darién (Panamá) con el objeto, decía, "de asegurar para la Gran Bretaña las llaves del universo, que permitan a sus poseedores dar leyes a ambos océanos y llegar a ser los árbitros del comercio mundial".
1707
Los Sambos y los Miskitos de la Costa Atlántica son incitados por los Ingleses a atacar el Castillo en el río San Juan, como plan de una sistemática estrategia para debilitar las defensas del río.
Los Sambos y los Miskitos de la Costa Atlántica son incitados por los Ingleses a atacar el Castillo en el río San Juan, como plan de una sistemática estrategia para debilitar las defensas del río.
1740
Trelawney, Gobernador de Jamaica, recomendó un plan para una insurrección de las colonias de España. Este plan fue llevado a cabo por el Capitán Robert Hodgson, quien entró en negociaciones con el Rey Mosco para que éste cediera a favor de Inglaterra los derechos de soberanía sobre.
Trelawney, Gobernador de Jamaica, recomendó un plan para una insurrección de las colonias de España. Este plan fue llevado a cabo por el Capitán Robert Hodgson, quien entró en negociaciones con el Rey Mosco para que éste cediera a favor de Inglaterra los derechos de soberanía sobre.
1796
Este puerto se destaca por su auge comercial, se le denomina Puerto Libre, con las mismas prerrogativas que gozaban en aquella época los puertos de Omoa en Honduras y de Santo Tomás de Castilla en Guatemala.
Este puerto se destaca por su auge comercial, se le denomina Puerto Libre, con las mismas prerrogativas que gozaban en aquella época los puertos de Omoa en Honduras y de Santo Tomás de Castilla en Guatemala.
1796
Los mosquitos y zambos de la Costa Atlántica nicaragüense invadieron la boca del Río San Juan, para bloquear las embarcaciones españolas que arribaban a la bahía.
Los mosquitos y zambos de la Costa Atlántica nicaragüense invadieron la boca del Río San Juan, para bloquear las embarcaciones españolas que arribaban a la bahía.
1839
El Rey Mosco, concedió a los ingleses el derecho de explotación de la madera en grandes extensiones de tierra que abarcaban el territorio de San Juan. Esto permitió a Gran Bretaña fijar su mira a la construcción del canal interoceánico que cruzaría el territorio de Nicaragua a través del Río San Juan.
El Rey Mosco, concedió a los ingleses el derecho de explotación de la madera en grandes extensiones de tierra que abarcaban el territorio de San Juan. Esto permitió a Gran Bretaña fijar su mira a la construcción del canal interoceánico que cruzaría el territorio de Nicaragua a través del Río San Juan.
1847
El Rey Mosco cambia el nombre a San Juan por Greytown en homenaje al entonces gobernador de Jamaica Sri. Charles Grey Greytown se convirtió en la práctica en un Puerto Libre con su propio gobernador local y con representaciones diplomáticas de varios países.
El Rey Mosco cambia el nombre a San Juan por Greytown en homenaje al entonces gobernador de Jamaica Sri. Charles Grey Greytown se convirtió en la práctica en un Puerto Libre con su propio gobernador local y con representaciones diplomáticas de varios países.
1848
Los ingleses ocupan militarmente el viejo San Juan puerta del posible canal interoceánico.
1928 Colombia y Estados Unidos fuerza a Nicaragua de sus derechos territoriales en Las Islas de San Andrés y Providencia y otros cayos miskitos. En esta movida Colombia bloquea el Mar Caribe a Nicaragua.
Los ingleses ocupan militarmente el viejo San Juan puerta del posible canal interoceánico.
1928 Colombia y Estados Unidos fuerza a Nicaragua de sus derechos territoriales en Las Islas de San Andrés y Providencia y otros cayos miskitos. En esta movida Colombia bloquea el Mar Caribe a Nicaragua.
1999
Honduras ratifica un tratado con Colombia reconociendo fronteras
comunes afectando más de 130,000 Kms cuadrados de Nicaragua.
martes, 28 de julio de 2015
Cómo en un cuento de hadas o de Hades?
Varios autores y movimientos pictóricos, la fotografía y la pintura dice mucho del universo del fotógrafo, de su vida, sus encantos, sus desencantos, su puesta en escena, su visión lúdica de la vida.
Art Peopel Galery.
lunes, 13 de julio de 2015
Desnudos artísticos.
sábado, 11 de julio de 2015
Un retrato magnifico de José María Vargas Villa
Consuelo
Triviño, reeditada,
en una novela, la célebre, vida y obra del autor colombiano.
en una novela, la célebre, vida y obra del autor colombiano.
Vargas
Vila, señor de rayos y leones,
callado
y solitario recorre las ciudades,
y
ninguno alimenta rebaño de ilusiones,
como
este luminoso pastor de tempestades.
Rubén Darío
Por Harold Alvarado Tenorio
Que yo sepa, solo una
losa de piedra, sobre una de las paredes de la fachada de una casa sita en la
carrera 2a. número 12-14 de La Candelaria, lo recuerda: “Aquí nació, el 23 de
junio de 1860, José María Vargas Vila, autor de Aura o las violetas”.
Sus restos, si es que
existen, viven en la indiferencia de una cárcava del Cementerio Central, que
habrán ido a parar quién sabe dónde, entre los huesos desplazados por las
políticas urbanísticas recientes, que vaciaron 18 mil sepulturas para levantar
un parque que emperifolla una estatua, hueca, renacentista y ecuestre, de
Fernando Botero. Fue, a pesar del desprecio y el olvido, el escritor colombiano
más leído y vendido del siglo pasado, y su gloria no desmerece de la de Gabriel
García Márquez, con quien más de una vez se ha contrastado. Al menos, fue tan
rico y famoso como el Nobel de 1982.
Murió en Barcelona en
1933, dejando a la posteridad cerca de cien libros, entre novelas, crónicas de
viajes, historia, panfletos o ensayos, y a su hijo adoptivo, sus mansiones
decimonónicas de París, Málaga, Sorrento, Madrid o Barcelona, donde con el más
preciso y obstinado aislamiento, cumpliendo horarios de oficinista y vistiendo
con exotismo se dedicó a combatir los gobiernos de Núñez, Holguines, Caro,
Sanclemente, Marroquín, Reyes, Concha, Suárez, Ospina y Abadía Méndez de la
‘república conservadora’ de Colombia, y a déspotas sudamericanos como Estrada
Cabrera, de Guatemala; Porfirio Díaz, de México, o Cipriano Castro, en
Venezuela, con una obra que se sigue vendiendo, en el más absoluto pero
galopante silencio e incluye joyas de la prosa modernista como Ibis, Ante los
bárbaros, Los césares de la decadencia, Los divinos y los humanos o Rubén
Darío.
“La influencia de un
escritor sobre su época marca, no los grados de su talento, sino los de su
virtud”, dijo. Y continúa: “El talento en un alma sin carácter es como la
hermosura en una mujer sin virtud; un elemento más de prostitución”.
Claudio de Alas
(1886-1918), el vate colombiano admirado por Borges que se quitó la vida en
Buenos Aires cuando tenía 32 años y lo conociera en Nueva York, en 1904, ha
dejado quizás el mejor retrato del Divino iracundo:
“Vestido de negro
azabache, era tan taciturno como la misma sombra. Sus largas e inquietantes
manos rebosantes de anillos de oro, lapislázuli y amatistas parecían talladas
en mármol para cincelar largas frases dignas de Hugo y D’Annunzio. Un camafeo
con una serpiente egipcia, obsequio del alejandrino Kavafis y el griego
Kappatos, hace las veces de un alfiler de Wilde sobre su corbata de seda
peinada. Un bastón de ébano con una cabeza de dragón chino, engastada en azules
de Ling y platinos de Mei, sirven de apoyo a su mano izquierda. Pálido y moreno,
un dedo sellaba sus labios indicando silencio, con los hirsutos cabellos más
negros que grises delatando una gran testa, amplios los temporales y vivas las
pupilas de halcón, dominadoras, semejantes al misterio que producen las olas de
la mar en noches de alta lujuria”.
Nacido en aquella pequeña
casa, en una de las riberas del río San Agustín, entre las viejas calles La
Gallera y Las Águilas tres años antes de la promulgación de la Constitución de
Rionegro, cuando la capital era apenas un pueblo frío, feo y fétido regido por
los treinta campanarios de sus iglesias coloniales, con las calles infestadas
de campesinos pobres y viejas mujeres viudas de las guerras civiles, seguidas
de borricos y perros famélicos, los años de juventud de Vargas Vila fueron los
del Olimpo Radical, cuando como periodista y agitador defendió los estados
federados de Mosquera, Murillo Toro y Parra, irreductibles partidarios de la
libertad de expresión, enseñanza, asociación y culto, cuyo contradictor, Rafael
Núñez, tras haber leído en Spencer, rompió con el radicalismo y optó por un
centralismo político y fiscal que llevó a la guerra civil de 1876-1878, cuando
militó con el general Santos Acosta y luego, como secretario del general Daniel
Hernández –quien perdiendo la vida y la guerra en la sangrienta batalla naval
de La Humareda permitió a Núñez declarar liquidada la Constitución de 1863 y
expedir la de 1886–, hubo que huir a los llanos del oriente y luego a
Venezuela, iniciando un exilio que duraría toda la vida.
Admirado y leído en
cantinas de barrio, barberías, costureros, fábricas, universidades, tabernas
portuarias, sastrerías y carnicerías, sus numerosos enemigos, intelectuales al
servicio de tiranos y autoritarios, lo llamaron bastardo, blasfemo,
desnaturalizado, disolvente, pernicioso, mientras propagaban la especie de que
vivía como un rey, era hermafrodita y homosexual, misógino, anarquista,
terrorista e impotente.
Lo cierto es que fue un
formidable defensor de la libertad con la palabra escrita. Nadie como él,
quizás con la excepción del granadino Isaac Muñoz [1881-1925], cuyos exotismo,
perversidad y lujuria de estilo le son equiparables, hizo que las ideas y las
maneras de ver el mundo de artistas y pensadores laicos ascendieran hasta las
voluntades de millares de intelectuales campesinos, jornaleros, analfabetos,
desposeídos y desocupados que aspiraban a ser tan libres como Jorge Amado,
Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Guillermo
Cabrera Infante, José Vasconcelos, Francisco Umbral, Ramón Gómez de la Serna,
Gabriel García Márquez, José Donoso, Jorge Zalamea o Ramón del Valle Inclán,
ese puñado de sus admiradores, que reconocieron que sin él y sin su prosa no
habrían existido.
Una prosa lírica cuya
eficacia no hay que buscar entre las sábanas, sino en su fluir subversivo
contra lo establecido, los discursos oficiales hegemónicos cuyos designios
nacionales se sustentan en nociones como la familia burguesa, las tutelas
morales de las iglesias y la centralización de los poderes que explotan, excluyen
y reprimen el cuerpo social y el individuo. Por eso Vargas Vila violenta la
ortografía, la sintaxis y la prosodia del español de Caro y Cuervo, abundando
en adjetivos, modificando el uso de mayúsculas, minúsculas, la puntuación,
salpimentando con hipérboles, galicismos, neologismos y metáforas sinestésicas
sus extensas ráfagas de fuego y hielo, citando al por mayor del latín y el
griego, cuando no del italiano, francés e inglés, lenguas que quizás no bien
conocía.
Que 153 años después de
haber nacido se publique una novela que indaga en los apuros de su alma en
lucha contra los día a día de su tiempo demuestra su vigencia. La semilla de la
ira, de Consuelo Triviño, con un preciosismo que perpetúa la prosa en primera
persona de José Fernández, el álter ego de José Asunción Silva en De sobremesa,
repasa los tormentos de la conciencia del asceta profano en varias de sus
residencias en la tierra, ofreciéndonos un retrato de su alma que no había
imaginado la crítica hasta hoy. La de un esteta consumado que hace de la
búsqueda de la libertad un instrumento para alcanzar eternidad con el arte de
las palabras, la más grande y destructora arma que ha inventado el hombre.
Una auténtica novela de
época, deliciosa en su ritmo lento y circular; una obra de arte tejida con
esmero a partir de las investigaciones que la novelista ha realizado durante
los más de veinte años que lleva viviendo en España, luego de que en Colombia
le fueran negadas la sal y el agua en varias de las universidades donde quiso
prestar su concurso. La prosa de Triviño es magistral e incisiva:
“He llegado a comprender
–dice Vargas Vila en La semilla de la ira– que a estas repúblicas las matan no
las doctrinas conservadoras sino los intereses, la ambición y la codicia que se
ocultan tras la fachada de la tradición y las buenas costumbres. La enfermedad
que corrompe el cuerpo social no es la miseria, sino el miedo. Cuando nadie se
atreve a decir la verdad y todos huyen al chocar contra ella, la sociedad se
lanza por un precipicio. En Colombia solo tienen cabida el bufón y el canto
adulador de los juglares al servicio de los tiranos de turno. Si por azar del
destino lleva hacia aquellas geografías a un hombre capaz de desvelar tanta
ignominia, todos le vuelven la espalda; los periodistas, pagados por los
poderosos, impiden que su verbo candente llegue hasta la multitud. Sin embargo
no hay nadie que no declare vivir esperando una revolución...”.
En una época como esta,
sometida al tira y afloja del pensamiento único que notifica una globalización
arbitraria cuyos señores son las grandes empresas de un capitalismo sin rostro
ni propósitos, doblegada por la corrupción, el lucro, el trapicheo y la discriminación;
donde nada ni nadie parece ya importar, solo el dinero y su plaza de mercado,
el panfleto parece el instrumento más idóneo para despertar al hombre del
letargo. Cada día, quienes orientan el mundo están más coléricos, más mordaces,
más emponzoñados contra los establecimientos y las ambiciones de los poderosos.
Cada día el arte y las literaturas, la música y el cine eligen la postura de un
alma como la de Vargas Vila en la novela de la señorita Triviño: un gran
silencio para gritar más fuerte contra los enemigos de la libertad.
HAROLD ALVARADO TENORIO
Especial para EL TIEMPO
Especial para EL TIEMPO
Christian Hopkins, la depresión en fotografías.
Christian Hopkins fue diagnosticada con depresión a los 16 años. Y, la fotógrafa decidió procesar su experiencia a través de la cámara. Sus increíbles fotos captan los matices incomprendidos de esta enfermedad mental que afecta a más de 350 millones de personas alrededor del mundo.
jueves, 9 de julio de 2015
El telegrama, Carlos Aguirre.
Afuera se escuchaba la
algarabía de los niños en el recreo.
Mientras
leía y releía el telegrama abrí y cerré quien sabe cuantas veces el libro que
estaba sobre el escritorio sin percatarme de ello.
Una
pelota entró rodando por la puerta hasta mis pies y un niño me susurró desde la
puerta ‑permiso director, para sacar la bola.
Le
murmuré un sí casi imperceptible. Volví a leer el telegrama por enésima vez y
caminé de un lado para otro en el pequeño recinto.
Me
percaté que en la pizarra estaban los nombres de los maestros que componen el
personal de mi escuela. De la caja situada en el ángulo inferior derecho de la
pizarra tomé una tiza y subrayé uno de los nombres casi sin darme cuenta.
Por
centésima vez quedé viendo el reloj de pared que estaba sobre un cuadro‑retrato
de Rubén Darío.
Sentí
que las manecillas habían avanzado más rápidamente de lo que yo quería
acercándome a un momento para el que todavía no estaba preparado a pesar de
querer pensar sólo en eso mientras le daba y le daba más vueltas al telegrama
entre mis manos cada vez más y más sudadas, cada vez más y más temblorosas.
Decidí
apretar el botón del timbre dando por terminado el recreo y...mientras afuera
vibraba la campanilla, le pedí a un compañero que llamara a formación a todo el
alumnado.
Todavía
se escuchaban las risas de algunos renuentes a dejar sus juegos.
Anteriormente,
casi siempre el encargado voluntario de ordenar la formación era José Adán.
Chepe tenía modo para hacerlo, los muchachos siempre lo respetaron.
Era
el quien siempre lanzaba la consigna para que todos comenzaran a cantar el
Himno.
Este
Chepe Adán..., siempre inventando juegos con los chavalos, siempre inventado
paseos a la plaza Luis Alfonso Velásquez o a otra parte.
Este
Chepe Adán, siempre averiguando cuando era el cumpleaños de los compañeros para
celebrarlo en colectivo. Buscando la
música, prestando la casa, arreglando el local.
Este
carajo Chepé Adán, que un día se me apareció en la dirección para comunicarme
que se iba movilizado en un Batallón de Reserva. Que me recomendaba su cuarto
grado y que cuidado no le escribíamos...
Los
niños ya estaban formados en silencio.
Yo
sabía que tanto ellos como los maestros se estaban preguntando que para qué los
llamé a formación.
Los
pies me pesaban como plomo, sentía un feo temblor en el estómago y, en la boca
reseca, sabor a monedas de cobre. Encaminé mis pasos hasta colocarme frente a
los alumnos.
El
telegrama me temblaba en las manos y estrujaba la mente buscando las palabras
que quería decir frente a mi escuela formada en el patio de recreos y mientras
sentía un viento helado por el cuerpo al recorrer aquel pasillo tantas veces
recorrido por Chepe Adán, sólo atiné a pensar...HIJUELAGRANPUTA GUERRA.
Carlos Aguirre Marín,
Escritor de Río San Juan, Nicaragua.
martes, 7 de julio de 2015
viernes, 3 de julio de 2015
Los autoretratos surrealistas de Mari Hokkanen.
La artista Mari Hokkanen, decidió hacer autoretratos y este es su producto final.
En su trabajo, quiere contar historias que planteen interrogantes. Ella sigue realizando sus obras en Marihokkanen, de seguro encontrarás bastantes que te llamen la atención. |
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